El archipiélago de las Islas Marquesas es el mayor de la Polinesia Francesa. Es un gran territorio con 14 islas divididas en dos grupos: Norte y Meridional, donde sólo seis islas están habitadas. Conozcamos un poco más de estas islas ubicadas en el continente de Oceanía.
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¿Dónde están las Islas Marquesas?
En francés Iles Marquises, con sus 997 km2 de extensión y menos de nueve mil habitantes (cifras del 2007), están ubicadas a 1.400 km noreste de Tahití y unos 1.000 kms al sur de Ecuador. Su principal isla y centro administrativo es Nuku Hiva. Ubicadas en la Polinesia Francesa, colectividad de ultramar de la República Francesa, son, en todo el mundo, las más alejadas de un continente.
División territorial
El archipiélago está conformado por dos grupos bien diferenciados geográficamente, el del norte, Marquesas del Norte, en torno a la isla de Nuku Hiva (en ella están Ua Pou y Ua Huka) y Marquesas del Sur o el grupo meridional de Tahuata, Moho Tani y Fatu Hiva , alrededor de la isla de Hiva’Oa. De norte a sur, estas catorce islas, con sus islotes, bancos de arena y escollos, están distribuidas así:
- Grupo Norte (anteriormente islas Washington, islas Revolución)
- Motu One (Sable), es una isla de arena deshabitada.
- Hatutu (Chanal, Hancock, Langdon), islote deshabitado
- Eiao (Fremantle, Knox, Masse, Robert), islote deshabitado.
- Motu Iti (Deux-Frères, Hergest’s Rock), islote deshabitado.
- Nuku Hiva (Federal, Baux, Henry Martin, Adams, Madison).
- Ua Huka (Washington, Riou)
- Ua Pou (Adams, Marchand, Trevenen)
- Grupo Sur (islas de Mendaña)
- Fatu Huku (Hood), islote deshabitado.
- Hiva Oa (Dominica), en ella está Atuona, antigua capital.
- Tahuata (Santa Cristina)
- Moho Tani (Motane, San Pedro), islote deshabitado.
- Fatu Hiva (Magdalena)
- Motu Nao (Thomasset), es una roca.
Nota: En paréntesis están otros nombres históricos con los que se conocen esas islas.
Mapa
Origen y breve reseña histórica
Las Islas Marquesas fueron descubiertas por el explorador español Alvaro de Mendaña y Neira, en 1595, cuando durante su expedición por el Pacífico Sur, desde Perú hacia Islas Salomón, se topó con las islas del grupo sur (Magdalena, (Fatu Hiva), Dominica (Hiva Oa), Santa Cristina (Tahuata) y San Pedro (Moho Tani).
Las bautizó con el nombre de “Islas Marquesas de Mendoza”, en homenaje al virrey de Perú, García Hurtado de Mendoza y Manríquez, marqués de Cañete.
Dos siglos más tarde, sin signos de haber sido visitada nuevamente, llegó a las islas James Cook, en 1774, quien venía de explorar la costa de la Antártida y se quedó un tiempo reposando en ellas.
Islas Washington
Según datos históricos, Joseph Ingraham, en el año 1791, descubrió las islas del grupo norte: Washington (Ua Huka), Federal (Nuku Hiva) y Adams (Ua Pou). Llama al grupo «Islas Washington», diferenciándolas de las islas de Mendaña.
Unos dos meses después llegó el francés Etienne Marchand, durante su segunda vuelta al mundo, en pleno desarrollo de la Revolución Francesa y toma posesión en nombre de Francia. Llama a este grupo norte “Islas Revolución” y a las islas les pone nombres de sus oficiales, Marchand (Ua Pou), Baux (Nuku Hiva), Deux Frères (Motu Iti), Masse (Eiao) y Chanal (Hatutu).
Nuku Hiva fue llamada posteriormente “Isla Madison” por el norteamericano David Porter, en 1813, durante la guerra anglo-americana, en honor al presidente estadounidense, aunque Estados Unidos no reclamó ninguna posesión después de la guerra.
Otro francés, Du Petit Thouars, tomó posesión del archipiélago en 1842. Estas islas fueron utilizadas como cárceles y en 1958 fueron incorporadas a la Polinesia Francesa.
Habitantes
Los nativos de las islas eran guerreros navegantes y buenos artesanos. Se especializaban en tallar madera, pulir piedra y sus trabajos eran cotizados en todo el mundo. Aunado a su gran talento y habilidad para el tatuaje, que desde hace 1500 años es una tradición y un símbolo de identidad de los marquesinos. El fin de los tatuajes era la atracción del sexo opuesto, el valor de la vida y sus aspiraciones a ser unos dioses.
Islas y sitios turísticos
En las Islas Marquesas no hay momento que no se asombre el visitante con cada sitio, uno más espectacular e interesante que el otro. Si son las costas, nada más bello que unas playas de arena negra y acantilados imponentes, que forman unas apacibles bahías.
Por los bosques no es raro encontrar cabras, jabalíes y caballos salvajes, en un ambiente puro y encantador. No faltan las cascadas, desde el valle de Taipivai hacia la bahía de Hatiheu, están las Cataratas de Vaio con 350 mt de altura, las más grandes del Pacífico.
Y que hablar de sus habitantes, quienes están considerados como los mejores artistas de las islas de Tahití, gracias a sus esculturas, joyas y auténticos tatuajes que son conocidos alrededor de todo el mundo.
Nuku Hiva
Es la más grande y principal de las Islas Marquesas, núcleo administrativo, con 340 km2 de superficie. Su capital, Taioha’e, junto a Taipivai y Hatiheu forman sus tres comunas asociadas. En Nuku Hiva está un aeropuerto que conecta con el resto de Haití, el Monte Tekao, de 1.224 mt de altura y la cascada de Hakaui, una de las más altas de todo el planeta.
Su paisaje se forma con altas montañas escarpadas y hermosos acantilados de roca basáltica. Se sustentan económicamente en la agricultura, turismo y la artesanía. En su flora abundan los árboles frutales como los cocoteros, mangos, ananás, bananeros, naranjos y limoneros, entre otros, igualmente las flores de buganvillas, laureles, tiarés, jazmines y rosas.
Para complementar su medio ambiente están los mosquitos, ciempiés, escorpiones no venenosos, abejas y los “nonos” que tienen una picada muy desagradable. El clima es tropical, con temperaturas que varían entre 25 y 34°C y precipitaciones en los meses de abril a agosto.
Según la leyenda, Nuku Hiva es el armazón de la “gran casa de los dioses” como es descrito el archipiélago de Las Marquesas. Sus grandiosos picos basálticos y escalofriantes pendientes combinados con el Océano Pacífico de fondo, todo azul, es un armazón verdaderamente de película.
En esta isla se encuentra un patrimonio arqueológico de gran interés para los conocedores del tema y toda la humanidad, paisajes encantadores que tienen una historia que contar por su orgulloso pueblo, por lo general, atento y amable.
La Isla De Los Tiki, Hiva Oa
Otra isla, segunda en importancia y conocida por sus yacimientos arqueológicos, no puede dejar de ser visitada, ella es Hiva Oa. El yacimiento del me’ae en Puama’u posee el mayor “tiki” de las Islas de Tahití, los mayores de la Polinesia Francesa.
Los tikis son esculturas pétreas que datan de muchos siglos antes de que llegaran los colonizadores europeos, hechos por los polinesios. Los numerosos petroglifos también adornan la superficie de esta hermosa isla. “Takaii” es una estatua sonriente, en medio de la vegetación, que mide unos 2,43 mts.
Si Nuku Hiva es la armazón de la “casa de los dioses”, Hiva Oa es la viga maestra de esa casa. Sus tierras fértiles y abundantes albergan una naturaleza virgen y salvaje. Se ven pocas casas así como caminos y carreteras, pero sus costas están bordeadas de playas de ensueño, con arena negra y abruptos acantilados hundidos en las aguas del Pacífico.
Los tikis son emblemáticos para los polinesios, se usan como regalos, souvenirs y recuerdos preferidos de los visitantes. La capital de Hiva Oa es Atuona, que en algún momento lo fue del resto del archipiélago, antes de trasladarla a Taioahe, en Nuku Hiva. Toda la isla, como el resto del archipiélago, es de piedra negra volcánica y muchos acantilados de gran altura y rematados por selvas muy tupidas.
El cementerio de Hiva Oa es sitio obligado de visita de los turistas, esto debido a que en él reposan los restos de Paul Gauguin y Jacques Brel, dos artistas reconocidos a nivel mundial.
Genios y artistas en Hiva Oa
Mucho antes de ser reconocido como un referente de la literatura juvenil, Herman Melville, escritor neoyorkino (autor de Moby Dick), aventuró en un barco ballenero que marcó el resto de sus días. Eso fue por las aguas del Océano Pacífico, año 1841, cuando tuvo la oportunidad de recalar en las Islas Marquesas y una docena de puertos más.
En ellas convivió por un mes con sus pobladores, incluso se decía que allí practicaban el canibalismo, antes de partir a Papeete, la capital de Tahití. Mientras estuvo en las Marquesas se inspiró para escribir Taipi, libro de cabecera de muchos que se aventuraron por los Mares del Sur.
En estas islas también fijó su residencia el artista, pintor y escultor francés Paul Gauguin y también pasaron por ellas gran cantidad de artistas como Robert Louis Stevenson, Jacques Brel, Jack London y más, que anhelaban conseguir la paz absoluta y naturaleza virgen y espiritual, que les ofrecieran una fuente de inspiración para sus obras.
Estos genios encontraron esa paz y tranquilidad en estas inigualables y remotas islas, además de haberse identificado con los marquesinos y marquesinas, gente hospitalaria, libres de prejuicios morales y amantes de la música, el baile y el arte.
El Centro Cultural Paul Gauguin o Museo Segalen-Gauguin, ubicado en la ciudad de Atuona, expone copias fidedignas del autor, no hay originales en él. Es una réplica de la Casa del Placer (Maison du jouir), hecha totalmente en madera, al estilo polinesio, donde vivió el pintor en esas islas. Sus restos están en el cementerio del Calvario, al igual que los de Jacques Brel.
La avioneta de Brel
A Jacques Brel, famoso cantautor nacido en Bruselas, también le dedicaron un Museo en la isla de Hiva Oa. La Fundación Internacional Jacques Brel está en la Place de la Vieille-Halle-aux-Blés, desde 2011. Allí se conservan todos los documentos, piezas y otros materiales relacionados con Brel, su vida y su obra artística.
Entre los muchos recuerdos del artista, se encuentra su avioneta “Jojo”, cuyo nombre es el título de una de sus canciones preferidas. Con esta nave sobrevoló agradado, sobre buena parte del archipiélago de las Islas Marquesas. Brel compuso una canción con el nombre de Les Marquises.
Atuona
Fue la antigua capital de las Islas Marquesas, con muy pocos habitantes y algunos supermercados, un banco, iglesia, oficina de correos y uno que otro bar, es un sitio encantador. Este pueblito alejado del bullicio, incluso de las redes sociales, ya que allí no hay conexión a internet, es un sitio de descanso y belleza. El pico Temetiu, a unos 1.213 m sobre el nivel del mar, es el punto más alto de la isla.
Ua Pou
Su nombre quiere decir “Dos pilares” debido a que en el centro de ella hay unos pilares en forma de pan de azúcar, llamados Matahenua, Pouakei y Oave. La isla es de las más llamativas de las Marquesas y tiene una forma piramidal.
Es muy agradable y refrescante a la vista. Además de eso, es la más poblada del archipiélago de las Islas Marquesas y su villa principal es Hakahau, puerto principal y cuenta con un aeropuerto cercano al puerto.
En ella se celebra el festival de Matava’a, manifestación cultural de las Marquesas. Son famosos los cantantes, bailarines y tatuadores de la isla, todos unos maestros en su arte.
Aldea de Puamau
Entre los lugares más interesantes de visitar en las Islas Marquesas siempre hay que considerar los restos arqueológicos, que revelan el origen de estas bellas y míticas islas. Son unos verdaderos tesoros ocultos en la selva polinesia.
Uno de ellos es el me’ae de Oipoma, con sus llamativos tikis gigantes. Era un lugar para practicar toda clase de sacrificios, ritos e incluso el canibalismo. Esos rituales de antropofagia eran habituales en la cultura polinesia, hasta que llegó el cristianismo en 1890.
La primera misa católica fue oficiada en la isla de Tahuata, en Vaitahu, específicamente, ordenada por Álvaro de Mendaña, quien descubrió esta isla mientras hacía sus expediciones alrededor del mundo.
Cultura y tradiciones de las Islas Marquesas
Las Islas Marquesas, aun cuando fueron un centro de civilización de la Polinesia, estaban divididas en varias unidades tribales, debido a la orografía de las islas, que aislaba los valles asentados en ellas. Esto provocaba muchas guerras y enfrentamientos tribales entre ellas y de allí viene uno de los rumores de que practicaban el canibalismo, ya que se dice que se comían a sus enemigos prisioneros. (Ver artículo: Isla de Cabrera)
Entre sus más destacadas costumbres están los tatuajes. Es una práctica muy común en toda la Polinesia, pero en las Islas Marquesas es un símbolo de sofisticación, de status. Había hombres tatuados en la totalidad de sus cuerpos, haciendo que sus pieles se vieran azuladas y con aspecto feroz.
Sus habitantes son amantes de las danzas, música y tienen un lenguaje melodioso. Sus gustos peculiares son muy respetados en la cocina, al igual que sus hábitos sociales. Cuando llegan visitantes, turistas, los esperan en el muelle, donde llega el único medio de transporte, el buque Aranui, para darles la bienvenida.
Este buque es utilizado también con fines comerciales, transportando sus productos, cultivados por ellos, coco seco, noni, cemento y azúcar.
Aranui
Es interesante resaltar el valor del Aranui, buque con funciones de carguero y de crucero, que viaja cada 15 días a las Islas Marquesas. Es el medio de transporte con el que cuentan los turistas, los comerciantes y los pobladores para hacer sus diligencias habituales en el continente.
Aranui significa “camino largo” en maorí, su recorrido desde Tahití hasta Las Marquesas dura unos 15 o 16 días. En su trayecto va haciendo paradas turísticas y comerciales, siendo la primera en el cayo de Takapoto, Islas Tuamotu, el famoso reino de las perlas negras.
Los pasajeros aprovechan de nadar en las maravillosas aguas de sus costas, mientras los comerciantes cargan y descargan mercancía. Luego de dos días de viaje, el Aranui se topa con las montañas de Ua Pou, imponentes, espectaculares.
Gastronomía
Gracias a las bondades del mar de las islas, su cocina se basa principalmente en pescados y mariscos. Eso sumado a la influencia de los franceses, japoneses y maoríes, se convierte en una mezcla sin comparación. Sus aderezos a base de leche y jugo de coco más el limón, son realmente deliciosos.
El plato típico y muy cotizado en la Polinesia, es el tamaraa, que consiste en un combo de pescado, pollo, cerdo, verduras y tubérculos, envueltos en hojas de plátano o banana, que se cocina bajo tierra entre las piedras basálticas. Durante cuatro horas se mantiene en calor, fungiendo de horno, excavado en el suelo.
Es algo sin precedentes. Igualmente sus frutas tropicales son muy apreciadas por los comensales, hay gran variedad, como pomelos, mangos, piñas, limas, papayas y sandías.
Danzas
A diferencia de la danza tahitiana, la marquesana es mucho más ruda. Los hombres hacen movimientos violentos, se golpean el pecho, los hombros, hacen gestos obscenos y emiten ruidos y gruñidos como cerdos. En cambio, las mujeres son mas sofisticadas y sus movimientos son más sensuales y rítmicos.
El noni
Es importante señalar que el Noni es un fruto autóctono de Polinesia. Forma parte de la cultura de las islas, por sus beneficios a la salud, su uso como bebida refrescante y los grandes aportes que le brinda a la economía de la región. Sirve como antioxidante, oxigenante y purificador de la sangre, sobre todo lo usan popularmente como antibiótico natural en Polinesia.
Luego de estudios científicos, lo patentaron y se fundó Tahitian Noni, que ha rendido sus frutos a los agricultores, gracias a los contratos de ventas exclusivas del producto. El Aranui no deja un día sin transportar este valioso fruto desde las Islas Marquesas hacia Tahití, donde lo procesan y extraen su jugo.
Ese jugo va a una fábrica en Utah, Estados Unidos, para modificar su sabor fuerte con uvas y arándanos y desde donde se distribuye a todo el mundo como producto terapéutico.
¿Realmente existe aún el canibalismo?
Stefan Ramin era un ejecutivo alemán, quien fascinado por la novela “Taipi” de Herman Melville, quiso conocer a estas exóticas islas, descritas en el libro con huríes desnudas, banquetes canibalescos, arrecifes de coral, templos, reyezuelos tatuados, bosques salvajes, en fin un paraíso terrenal, con peligros y riesgos de novela.
Así lo hizo y se enrumbó junto a su recién esposada en un catamarán, concretamente a la isla de Nuku Hiva. Fue cautivado por la belleza que narraba Melville, pero también por unos caníbales, quienes lo asesinaron y lo devoraron. Eso es parte de las noticias que surgieron luego de haber encontrado los restos y que avivó nuevamente la leyenda sobre los caníbales.
¿Realidad o Leyenda?
En todo el mundo aún se especula sobre la existencia de tribus caníbales. Según algunos antropólogos esto es sólo una falacia, porque aseguran que esa práctica se erradicó hace muchos siglos. Pero los aventureros, que llegan a visitar esas islas lejanas y metidas en bosques espesos y misteriosos, contradicen esta postura y dicen que aún existen tribus que practican ritos caníbales.
Hubo un caso muy notorio y trascendental, ya que se trataba del hijo menor del expresidente Nelson Rockefeller, quien desapareció en 1961, cuando viajó a esas islas de la Polinesia, a retratar a las tribus locales. Dicen que fue devorado por los caníbales. En fín, no hay una corriente única que aclare la existencia o no de dichas tribus.
¿De dónde viene el término caníbal?
Lo que sí hay son un gran número de tribus que no tienen contacto con la civilización, ni avances tecnológicos, ni mucho menos saben que es la globalización. El término canibalismo se originó en el Caribe cuando los españoles describían así a los habitantes de las islas, asegurando que se comían a los visitantes.
Pero, no es así, ya en otras latitudes se sabía de las costumbres de algunos pobladores de devorar a los humanos. James Cook, en una de sus historias relató como a su llegada a Nueva Zelanda, su tripulación fue devorada por una tribu maorí.
En Kenia, los masais o samburus son una tribu que se entremezcla con los turistas y les muestra sus ritos y costumbres. Otras conocidas son los Korowai y Khakhuas en Nueva Guinea, los Korubo y los Shamatari en Amazonas y los Ostiaks, Dayaks y Bataks en Asia. (Ver artículo: Cabo Verde)
¿Mapa con zonas caníbales?
Hay un mapa realizado por A. Hartleben en el que se indican los sitios donde aun, posiblemente, se practica el canibalismo ¡y fue elaborado en el siglo XX! Se encontraron casos, según sus fuentes, muy recientes en Texas, con los apaches y en Louisiane, a manos de los atacapas.
También es importante acotar que los indígenas atacan si son atacados o atemorizados. Es mejor asegurarse a la hora de viajar averiguando si las zonas a las que visitará están libres de caníbales. Por si acaso.
Tatuajes de Las Islas Marquesas
Hay un maestro tatuador de las Islas Marquesas (Tahití y sus Islas), llamado Teiki Huukena. Famoso por su libro Hamani haa tuhuka TE PATUTIKI Dicctionaire du Tatouage Polynesien de Îles Marquises (Tomo I), el cual ha sido premiado en la 13° edición del Salon International du Livre Insulaire 2011. Son 233 páginas ilustradas con fuentes fidedignas y apoyo de antropólogos, investigadores y arqueólogos especialistas.
El tatuaje polinesio es una tradición milenaria, cuya esencia se expresa con un lenguaje ancestral, con herencia y compenetración con la naturaleza. Son muy respetados en la isla, porque dicen que definen tu persona en la comunidad, te identifica y representa. Son un túnel de comunicación entre las energías con los antepasados, el pensamiento y la naturaleza, toda la historia enmarcada en un tatuaje.
Los marquesinos son hospitalarios, atentos, agradables, les gusta el baile, la música y el arte. Esas dotes artísticas las manifiestan en su propio cuerpo, a veces todo el cuerpo está tatuado con sus creencias, sus talentos, sus pasiones. No hay un rincón en el mundo donde no hayan llegado los tatuajes, son universales.
Pero los tatuajes marquesinos o tahitianos, por lo general no son parte de una moda, son un convencionalismo de una comunidad concreta y se clasifican en diversos status.
Misceláneas
Las Islas Marquesas tienen características especiales, aparte de ser las islas más alejadas a un continente en todo el mundo, son ricas en productos naturales, paisajes, costumbres y ritos peculiares y muchos atractivos en un continente tan lejano como Oceanía.
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Bebida Nuku Hiva
En abril del año 2017 fue lanzada al mercado una bebida con el nombre de esta isla, Nuku Hiva. Elaborada con frutas de la región y el novedoso noni por John Wadsworth, cuya trayectoria data de 1993, en estas lides de descubrimiento e innovación de bebidas refrescantes. (Ver artículo: Seychelles)
· Typee o Taipee
Este libro, escrito por Herman Melville, describe la historia de un marinero que desembarcó en una isla, casi impenetrable, en 1842, después de casi seis meses de travesía en alta mar. Después de vagar por varias semanas en la isla, fue acogido por una tribu, los Taipi.
Melville temió que fueran unos caníbales por historias escuchadas con anterioridad. Más se encontró con una gran sorpresa, los indígenas lo trataron muy bien y descubrió que eran una sociedad preservada y muy original.
Allí convivió con ellos por unos cuatro meses y toda esa experiencia la hizo conocer a través de este libro, que gozó de gran éxito internacional en aquellos años, así como también inspiró a otros viajeros aventureros a seguir sus huellas.