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Islas Cíes: historia, ubicación, clima, turismo, playas y mucho más

Islas de los dioses, así fue llamada por los romanos, este tesoro enclavado en el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Illas Atlánticas de Galicia, España. En la entrada de la Ría de Vigo está este recurso natural invaluable y encantador: Islas Cíes. Es un archipiélago con tres islas, a saber: Monteagudo, O Faro y San Martiño.

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Ubicación e historia

Hablar de las Islas Cíes es decir Naturaleza en estado puro, están ubicadas en la Rías Baixas, municipio de Vigo, provincia de Pontevedra, en Galicia, España. Son tres islas en una superficie de 2.658 hectáreas marítimas y 433 terrestres, cuya ubicación geográfica es 42° 15’ de latitud norte y 8° 54’ de longitud oeste. (Ver artículo: Islas de Europa)

Isla del Faro mide 10,6 Ha, Isla de Monteagudo 179,5 Ha y la Isla de San Mariño unos 145,5 Ha, siendo ésta la más meridional. Otros islotes como Penela, Dos Viños, Ruzo, Grabelos y Agoeiro completan el archipiélago.

En el lado este se encuentran las playas de Rodas y Figueiras, en el istmo de arena que une a estas dos islas. Por el oeste los imponentes acantilados, en los que se encuentra el punto más elevado de las Islas Cíes, a unos 197 mts. de altura.

Mapa

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Geografía

Las Islas Cíes forman parte de una cadena montañosa, originadas por movimientos tectónicos en el período cuaternario y que se hundió en el mar hace millones de años. Están divididas en dos partes bien diferenciadas, la oriental y la occidental.

La oriental, del interior de la ría, es una costa con grandes arenales y bosques y la occidental, está ocupada por acantilados y cuevas que se fueron formando por los embates del mar, allí viven miles de aves, como propietarias de ese paraíso.

Clima

El clima en las Islas Cíes es de tipo mediterráneo subhúmedo, es decir, con pocas precipitaciones, en relación a las costas y altas temperaturas. Aquí llueve casi la mitad que en Vigo, Cangas y Baiona, zonas costeras próximas a Cíes.

Esto se debe a que las altitudes bajas de las islas no son obstáculo para las nubes, no así en la barrera de montes costeros de unos 700 mts de altura. La temperatura media anual oscila entre los 13 y 15° C, elevándose en primavera y verano hasta unos 20 y 22°C, con unas máximas de 35°C.

Breve historia de las Islas Cíes

El origen de las islas puede ser fechado en los años 3.500 a.C. aunque hay asentamientos de la Edad de Hierro y la Edad de Bronce, los dos son poblados celtas fortificados, conocidos como “Castros”, que significa “Fortificación militar” en latín.

El poblado “As Hortas” situado en Monte Faro es de la Edad de Bronce, clasificado así por las estructuras y restos encontrados. Hay un “abrigo natural” llamado “Altar Druídico”, el cual se supone haya sido un ara de sacrificios en honor a los dioses.

El emperador Julio César fue otro de los visitantes junto a los romanos, éstos dejaron restos de orfebrería, cerámicas, ánforas y un anillo de oro del siglo II d.C. Llamaron “Islas de los Dioses” a las Islas Cíes. Parte de estas piezas se pueden ver en el Museo Provincial de Pontevedra.

Durante la Edad Media, en el año 899, el rey Alfonso III donó estas islas a la iglesia, fueron los monjes los encargados de controlar y administrar la pequeña población existente. Los conventos fueron transferidos a la Orden Benedictina en el año 1.152 y a los Franciscanos en el 1377.

Ataques de piratas

Permanecieron allí hasta la mitad del siglo XVI. El clero abandonó las islas entre los siglos XVI y XVII, por los contínuos ataques de piratas tunecinos, turcos y de la armada inglesa,  que sufrieron las islas. Las Islas Cíes eran usadas como caladero o refugio de barcos extranjeros.

Los invasores turcos, tunecinos e ingleses tenían respeto por los isleños, excepto el famoso pirata Francis Drake, quien se ensañó con la Ría de Vigo y devastó a las Islas Cíes. De esta ocupación aun se conservan los conventos de San Estevo (Isla do Faro) y San Martiño así como una fábrica de salazón.

La isla se empezó a repoblar a principios del siglo XIX, se crearon el Cuartel de carabineros del Reino, el almacén de artillería en el antiguo Monasterio de San Estevo y una cárcel, próximos a la playa de Nosa Señora, como una estrategia de fortificación y para generar confianza en los nuevos pobladores.

Luego fueron llegando ganaderos y pescadores desde la vecina comarca de O Morrazo; a mediados de siglo se construyó el faro en la Isla do Medio. En los años de 1960 se despobló de forma definitiva, pero una década más tarde los jóvenes de la Ría de Vigo las usaron como lugar de descanso, disfrutando del sol, el mar y toda la naturaleza reinante en las islas.

Faro Monteagudo, Cies.

Batalla de Rande

La famosa Batalla de Rande entre los franco-españoles y anglo-holandeses se libró en esta Ría, venciendo los últimos. Hay leyendas sobre este acontecimiento, que indican que hay tesoros encerrados en las naves españolas, hundidas en las aguas de las islas.

Las familias que se habían asentado fueron abandonando paulatinamente las islas, a mediados del siglo XX. Esto ocurrió por la escasez de medios y recursos con los que contaban para vivir en ese entorno.

El medio de vida era la agricultura y la pesca de autoconsumo, otros se ocupaban de ser cuidadores o temporeros de las fábricas de salazón, cuando estaban funcionando.

Actualmente la mayor parte del archipiélago de las Islas Cíes son propiedad del Gobierno y sólo es de uso turístico. Forman parte del Parque Nacional Marítimo – Terrestre de las Illas Atlánticas.

Las visitas se han incrementado en las últimas décadas, siendo hoy día el segundo destino turístico de Galicia, luego de la Catedral de Santiago de Compostela. Hoy día no hay una población permanente, se conservan algunas casas construidas en los años 60 y 70’.

Parque Natural

Parque Natural

Las Islas Cíes fueron declaradas Parque Natural en 1980, con el fín de “preservar, conservar y regenerar este espacio natural, promoviendo su conocimiento y posibilitando un uso público compatible con la conservación de la naturaleza”.

Dentro del parque Nacional Illas Atlánticas se aprecian un conjunto de playas paradisíacas, de aguas cristalinas y rodeadas de un observatorio de flora y fauna, únicos en el mundo. La mejor playa es Rodas, según los entendidos, que está en el arenal que une las islas de O Faro y Monteagudo.

Senderismo

Se hacen excursiones en familia al parque y a los amantes del senderismo le cae como anillo al dedo. Hay diversidad de rutas para practicar este deporte, como la Ruta del Faro de Cíes, Ruta del Faro da Porta, Ruta del Alto do Príncipe y Ruta del Faro do Peito. (Ver artículo: Paros)

Están debidamente señalizados y conducen a tres faros, con contínuos desniveles en el camino y que llevan a recorrer las islas, para así disfrutar de los bellos paisajes, la naturaleza y la inmensidad del Océano Atlántico.

En estas islas no circulan vehículos y se restringe el número de visitantes para garantizar tranquilidad. Las islas de Monteagudo y O Faro, las principales, están unidas por la playa de Rodas y un pequeño puente escollera.

Se estila también acampar en el parque, practicar buceo en la ría de Vigo y nadar rodeado de delfines autóctonos, llamados “arroaces”, es todo un verdadero espectáculo. (Ver artículo: Chipre)

Rutas de Senderismo

Ruta del Faro de Cíes

Esta es una de las más largas y populares por las vistas que ofrece de la ría de Vigo. A través del dique del siglo XIX que une a ambas islas, se cruza a la isla del Faro. En el lago se observan gran cantidad de algas, peces y crustáceos. No muy lejos están las dunas de la playa de Rodas y un bosque al lado derecho.

Los senderistas se topan con el Centro de Interpretación, en el que por lo general, hay exposiciones de los valores del Parque. A la altura de la playa de Nosa Señora, en el cruce a la derecha se inicia la ascensión al Faro. Se puede ver la Pedra da Campá, que es una roca que ha sido perforada por los vientos cargados de salitre.

En un pequeño desvío de 100 mts se llega a un observatorio de aves, en los que se pueden contemplar las famosas gaviotas patiamarillas y los cormoranes moñudos, los habitantes más numerosos e interesantes de la isla, quienes dan muestra de su presencia y autoridad, con los estruendos que emiten al ver a los visitantes. (Ver artículo: Menorca)

Poco antes del ascenso final, está el castro de As Hortas, restos de un poblado de la Edad de Bronce. Volviendo a la ruta principal, hacia la cima, se aprecia desde arriba, a unos 175 mts, la isla de San Martiño y una vista panorámica del archipiélago de Cíes, la ría de Vigo y la península de Morrazo.

Camino al Faro do Peito

Ruta del Faro do Peito

Se inicia el recorrido en la caseta de información. Al ir buscando el norte, hacia la playa de Figueiras se asciende hasta el cruce principal de la isla.

Se atraviesa Valgada, un otero sin vegetación y una pista hacia lo alto de Monteagudo. Para ir hacia el Faro do Peito se debe descender por una senda, desde la que se aprecian los acantilados de la Costa da Vela y la isla de Ons.

Ruta del Alto do Príncipe

Desde el muelle de Rodas, empezando también en la caseta de información, hasta los abruptos acantilados de Monteagudo. No se toma el camino del dique, sino el de la playa de Figueiras al norte. Se sube, entre pinos y matorrales, hacia el Alto do Príncipe, por una senda rocosa, casi llegando.

La vista panorámica es única, sobre todo desde la Silla de la Reina, llamada así una formación rocosa que asemeja un balcón natural sobre el océano Atlántico, desde donde pueden verse las puestas de sol y los acantilados. (Ver artículo: Corfú)

Ruta del Faro da Porta

Es el trayecto más suave de todos los senderos de las Islas. Está siempre orientado al mar. Recorre el dique camping-centro de interpretación, al igual que la Ruta del Monte Faro. Se escoge la pista hacia el embarcadero de Carnacido y se asciende por la costa sur, hasta llegar al Faro de A. Porta.

En la punta do Canabal se puede ver el castro de As Hortas, dirigiendo la vista hacia el norte, por la ladera del Faro de Cíes.

Amenazas

Desafortunadamente, la reciente masificación e importante actividad industrial en la Ría de Vigo, han derivado en una degradación medioambiental.

Se han hundido varios pesqueros como el Ave do Mar en 1956, el Marbel, en 1978 y el Francois Vielieux en 1979, además se produjo una marea negra, provocada por el barco petrolero Prestige, encallado frente a la Costa da Morte.

Por esta razón, para proteger a las islas de estas agresiones, fueron declaradas Parque Natural en 1980, pasaron a propiedad de la Xunta de Galicia en 1984,  luego fueron demarcadas como Zona de Especial Protección para las Aves “ZEPA” en 1988.

El 1° de julio de 2002 fueron integradas en el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Illas Atlánticas de Galicia. Igualmente fueron añadidas como Zona de Especial Protección de los Valores Naturales (en 2004) y Zona OSPAR (en 2008).

Gracias a las restricciones establecidas por el Parque Nacional, sólo se permite el camping, el funcionamiento de un restaurante y los servicios del parque. El acceso al mismo está restringido a 2.200 personas por día, que tienen acceso en barco particular o navieras.

Lugares turísticos de las Islas Cíes

Las Islas de Cíes son un verdadero paraíso natural en Galicia. No hay sitio en ellas que no deje asombrado de tanta belleza, además de una sensación de frescura y comodidad. A ellas se llega sólo por vía marítima, en ferrys, embarcaciones privadas o en paseos programados por navieras.

Parque Nacional Illas Atlánticas

En este parque de unas 8.480 Ha, de las cuales más de 1.000 son terrestres, se observan matorrales, playas, dunas, fondos marinos, en los que habitan cientos de especies de algas, peces, moluscos y aves marinas.

Es un espectáculo natural ver cómo se encadena de isla en isla, desde la ría de Arousa hasta la ría de Vigo, este Parque con acantilados escarpados y fondos marinos provistos de una excepcional riqueza natural.

Para los amantes del buceo es el lugar ideal y exclusivo, por cuanto en vez de ver peces tropicales, verán pulpos, bogavantes, centollos y más cerca de las rocas se topará con mejillones, erizos de mar, bosques de anémonas y hasta rodaballos y lenguados. Y si no bucea o quiere ver más, está el Museo do Mar de Galicia. (Ver artículo: Isla de Cabrera)

Lago dos nenos

Lagoa dos Nenos

El lago de Cíes o Lagoa dos Nenos, está comunicado con el océano a través de los ojos del espigón. Alcanza los 4 mts de desnivel entre pleamar y bajamar, lo que permite la renovación de sus aguas interiores.

Abunda todo tipo de peces y crustáceos y en invierno las mareas inundan el lago y la playa, quedando las islas únicamente enlazadas por el puente escollera. Su playa tiene forma de concha, con aguas tranquilas y arenas blancas y finas. Sólo se llega en embarcación particular o en una naviera.

Ruinas y restos arqueológicos

En estas islas se consiguieron restos de los períodos Paleolíticos y Neolíticos, como picos raspadores para el marisqueo, molinos de mano y piezas decorativas.

As Hortas, castro de la Edad de Bronce, alberga cuatro casas de base cuadrangular, en las que se encontraron ánforas, orfebrería y cerámicas, de épocas romanas. En el eremitorio de la Illa de San Martiño y el convento de Santo Estevo, ambos en la Illa do Faro, se localizaron tumbas antropomorfas.

Y en las aguas de las Islas Cíes se esconden tesoros de muchos años atrás, anclas prehistóricas, galeones de la Edad Moderna, barcos naufragados y submarinos nazis, también de décadas más cercanas.

Las casas de los antiguos pobladores, las instalaciones construidas para fortificar la costa y los restos de las salazoneras, son muestra de los estilos arquitectónicos que prevalecieron en las islas.

Hay cuatro faros que señalizan la vía a la entrada de la ría de Vigo, ellos son: el Faro de Cíes (1852) y los faros do Peito, do Príncipe y dos Bicos, todos del siglo XX.

En cuanto a iglesias, hay una capilla dedicada a la Virgen del Carmen (1963) y un pequeño altar, de 1930, en la isla de San Martiño.

Playas de Islas Cíes

Sus playas, por estar dentro del Parque Nacional Illas Atlánticas, ya dan una imagen de belleza, originalidad y seguridad, por estar en áreas protegidas. En este parque están los archipiélagos de Cortegada, Sálvora, Ons y Cíes, junto al espacio marítimo que los rodea, de la que 86% está protegida.

Es una cadena que va desde la ría de Arousa hasta la ría de Vigo, formando un eje natural de incalculable valor y belleza, lleno de acantilados escarpados y fondos marinos inimaginables.

Las Islas Cíes tienen nueve arenales en estado salvaje, con arena blanca y aguas cristalinas; hay de todos los tipos, recogidas, nudistas y exclusivas. Las más grandes y más visitadas son las de Rodas, Figuéiras y San Martiño.

Asimismo, las calas de Areíña, Bolos, Cantareira, Margaridas, Muxieiro y de Nosa Señora de Carracido completan el combo de relax y/o diversión. (Ver artículo: Ibiza)

Playa de Rodas

La más visitada en Galicia es la Playa de Rodas. Fue catalogada como “la mejor playa del mundo” en el año 2007 por el diario británico “The Guardian”. Sus cristalinas aguas color turquesa, arenas finas y blancas más los bosques que terminan en los arenales son un espectáculo natural.

Es la más grande del archipiélago de las Islas Cíes y está acondicionada para recibir a turistas durante todo el año. Las calas de Viños, Areiña y Area Grande de Muxieiro son prolongaciones naturales de Rodas, haciéndola aún más impresionante.

Se practica kayak y otros deportes acuáticos. De frente tiene a la Ría de Vigo y a sus espaldas, el Lago de Cíes, ambos de incomparable belleza.

Isla de Rodas

Playa de Figueiras

Esta playa la llaman también “playa de los alemanes”, de una seguridad y libertad sin límites. Está en la isla de Monteagudo y es el paraíso para los nudistas de Galicia. Sus arenas son de un blanco brillante y aguas muy cristalinas. Son un verdadero ensueño.

Playa de Nosa Señora de Carracido

Es una cala de aguas turquesa, en la Isla del Faro, ideal para practicar snorkel y buceo, por sus aguas tranquilas y transparentes. Tiene vistas hacia la isla de San Martiño

San Martiño

Es un pequeño rincón lleno de magia y belleza, ubicada al sur del archipiélago. Sus playas de arenas blancas, de grano fino  y aguas serenas dejan impresionado a los visitantes.

La playa de San Martiño es una concha abierta y ventosa, con acantilados de gran altura y una ensenada en la que se origina un sistema dunar. Es frecuente el fondeo de embarcaciones, aunque con muy pocos visitantes, ya que sólo llegan barcos privados, no hay acceso en líneas regulares. En ella se practica el nudismo. (Ver artículo: Isla Cozumel)

Habitantes de Islas Cíes

El archipiélago está deshabitado, por lo que se considera un paraíso virgen y natural, desconectado del ruido y la contaminación, es pura naturaleza. El único medio de transporte para acceder a este sitio es el barco.

Por ser parque natural no es tocado o modificado por la acción del hombre, por lo menos, eso se intenta. Por lo tanto, están prohibidas las actividades que alteren o pongan en riesgo la estabilidad de los ecosistemas.

Los habitantes conocidos de la isla son su fauna avícola. Es el hogar de las aves, quienes son las dueñas absolutas de estas islas. Son los habitantes más importantes y valiosos, entre ellos está la colonia más numerosa e importante de Europa, la gaviota patiamarilla y también otras especies no menos importantes.

Fauna Terrestre  y marina

Propios de las Islas Cíes están los cormoranes moñudos, una de las especies más singulares de la isla, son un ejemplo natural de adaptación al medio marino, ya que se desenvuelve con increíble soltura bajo las aguas marinas, aún cuando su manera de desplazamiento es el aéreo.

Puede pescar sus alimentos siempre arriesgando su integridad por las redes de pesca, en las que aparecen ahogados al no poder salir nuevamente a la superficie. Está entre las especies en peligro de extinción, del Libro Rojo de las Aves de España.

Además de eso, convive con la colonia más grande de gaviotas patiamarillas que hay en el mundo, así como las gaviotas oscuras, los paiños comunes y los araos ibéricos. Es frecuente en el parque la presencia de otras aves marinas y acuáticas, en sus períodos migratorios e invernantes, entre otros el halcón peregrino o el azor.

Por esta razón, el parque cuenta con observatorios ornitológicos como el Alto da Campá en la Isla do Faro y Faro do Peito, en Monteagudo.

 

Algas, corales, peces

El medio marino conforma el 85% del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Illas Atlánticas de Galicia, con uno de los ecosistemas más ricos de la costa gallega.

Hay un importante bosque de algas y corales; anfibios como salamandras, sapillo pintojo ibérico y el tritón ibérico; entre los reptiles hay lagartos ocelados, eslizones tridáctilos, lagartijas ibéricas y culebras de escalera. En los acantilados, aún con el fuerte oleaje, hay crías de percebes y mejillones.

En las playas más protegidas se ven moluscos bivalvos, rodaballos, lenguados y sollas. Los erizos de mar y las anémonas están en las áreas protegidas más rocosas del interior de las islas.

No es raro encontrar también nutrias, sargos o estrellas de mar y de visita a las aguas que rodean las islas, no faltan los delfines, las ballenas y las tortugas marinas. (Ver artículo: Isla Decepción)

También en este archipiélago recientemente se ha descrito una nueva especie para la ciencia, el escarabajo Ernobius vinolasi, presente en los bosques costeros de pino marítimo, junto a otras especies marinas abundantes (peces y cetáceos), las musarañas, topos, conejos y ratones.

Flora Terrestre Endémica

En un ambiente muy arbolado, predominan los pinos y los eucaliptos en esta parte del mundo. Por orden del dictador español Francisco Franco, este archipiélago fue sometido a una repoblación de eucaliptos y acacias australes.

Cuando el caudillo Franco hizo una visita a las islas, hizo la sugerencia de habilitar zonas de sombra para los sofocantes días de verano, idea que hay que aplaudir, ya que actualmente en las islas hay por lo menos 14 especies de eucaliptos, que dan frescura y verdor a los terrenos.

La Jara, el tojo, la Silveira y el torvisco son algunos de los arbustos predominantes en las islas. Los tojos sirven de barrera para las colonias de aves marinas. Las más importantes, de mayor valor ecológico, son las endémicas, las hay en poco volumen y están en las dunas y acantilados.

Destacan la Herba de Namorar, que era usado antiguamente para preparar brebajes con fines mágicos y pócimas para el amor y la fertilidad,  y la Camariña, de uso comestible, por el agradable sabor que tienen sus pequeños frutos.

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